Testimonio Cecilia Ciccarelli, paciente de Fem Visió

Me llamo Cecilia Ciccarelli, soy una docente jubilada residente en Argentina. En este momento; payaso de hospital, y quiero compartir mi historia que puede ser la vuestra.

Dos años duró mi peregrinación por diversos especialistas: médicos clínicos, traumatólogos kinesiólogos, neurólogos, neuro-oftalmólogos. entre otros, cumpliendo religiosamente en tiempo y formalos estudios encomendados como: radiografias, ecografias, tomografias, estudio del sueño, análisis clínicos y demás.

Todo ello se originó por las molestias que ocasionaban mis lentillas y consideré que estaban vencidas provocándome una doble visión en mi ojo derecho de forma esporádica.

Algunos de los profesionales me daban respuestas muy absurdas como: anemia mediterránea (¿Será por el origen de mi apellido?), como la recomendación de beber alcohol (dejo constancia de que bebo agua, gaseosa y una copita de soda para brindar en Navidad).

En una oportunidad me internaron en una habitación de hospital con numerosos cables en mi cabeza para registrar mi forma de dormir.

Cambios en la graduación de cristales, prismas fijos de vidrio, lentillas duras, blandas, ejercicios con mis ojos muy precarios, y después de noventa sesiones cumplidas no obtuve los resultados ansiados.

Todo ello me llevó a recluirme en mi casa, tener en cuenta el momento de salir, de leer, de vivir, ya que soy una persona con inquietudes a pesar de mi edad.

Un día conocí a Marta Maneiro, contactóloga de la óptica donde hago mis gafas y lentillas. Ella fue la única sincera y certera en el diagnóstico, la persona que lo trata y el lugar donde desarrollar el tratamiento, ya que en la Argentina el proyecto de capacitación de profesionales no ha sido aprobado.

Finalmente contacté vía email con Roser Villena, quien me orientó en un primer momento sobre el tratamiento a partir de mis estudios realizados.

Reuní el dinero para una primera entrevista para una evolución personal y llegaría a Barcelona, Sant Joan Despí, lugar que me acogió en cada saludo de sus vecinos, de sus comerciantes, de su gente....

Me llevé a Buenos Aires el desarrollo de ese "plan salvador" que me llenó de esperanza.

Ahorré el valor de mis gastos para regresar y Dios mediante, en la segunda etapa consistió en ejercicios de terapia visual con novedosos elementos, en un ambiente cordial, acogedor y de mucha luz (no sólo literalmente) de su consultorio.

Al regresar a mi alojamiento, implementaba según mis posibilidades algunos de ellos. Roser además me prescribió la graduación óptima para mis nuevas gafas, lentillas y prismas. También Arancha y Antonia cumplieron su tarea en Óptica Bogas para que me fuera a mi país, a fin de continuar el tratamiento.

Todas la mañanas después del desayuno, realizo los ejercicios de Roser (los que pude adaptar a mi realidad). Además de mantener comunicación con ella, ante cualquier inconveniente y recomendación permanentemente.

Hoy les estoy escribiendo en un bar de Sant Joan Despí, dado que nuevamente estoy por aquí esperando la hora para mi tercera vez del tratamiento.

Estoy muy contenta, ya que me ha devuelto esta terapia mi calidad de vida y hasta me han renovado el registro de conducir, ver películas en el cine y sobre todo concurrir al teatro que me apasiona, entre otros divertimentos olvidados para mí.

Por último, le he escrito al Presidente Macri una carta antes de viajar a España, en la cual le he pedido que autorice concretar el proyecto de este tratamiento en Argentina por intermedio de Marta Maneiro, quien Roser Villena ha apoyado desde Barcelona junto con la Asociación Catalana de Terapia Visual (ACOTV) para que los profesionales que atiendan esta patología que afecta la vida de tantas personas y que ignoran la solución tan fácilmente al alcance de su mano.