Alteraciones visuales provocadas por traumatismo cerebral
Hablamos de lesiones cerebrales adquiridas a aquellas que sufre el cerebro de forma espontánea. Pueden ser internas (accidentes cerebro-vasculares, tumores...) o externas (traumatismos craneoencefálicos).
Este tipo de lesiones constituye un problema socio-sanitario de primer orden, ya que suelen estar relacionados con accidentes de tráfico, laborales, agresiones, deportes de riesgo, enfermedades metabólicas...
Son muchas las consecuencias visuales que puede inducir la lesión cerebral adquirida. Alteraciones binoculares como la diplopía, situación muy frecuente en estos casos, provocan en el paciente un estado de frustración, agravado por la solución que se les suele indicar, taparse un ojo. En diversas ocasiones otros síntomas visuales pueden pasar desapercibidos, incluso para el propio paciente, por lo que no recibirán una atención específica.
Tareas cotidianas como leer, conducir o pasear se hacen difíciles para este tipo de pacientes que ven su vida truncada al no poder realizar las actividades que hasta el momento de la lesión no tenían ninguna dificultad para realizar.
Estos síntomas en muchas ocasiones (sobre todo en los traumatismos craneo-encefálicos) son difíciles de interpretar por los diferentes profesionales, ya que no existen evidencias físicas que puedan corroborar la existencia de su sintomatología que en muchos de los casos están relacionados con el sistema visual (problemas espaciales, falta de concentración, de memoria..)
PROBLEMAS VISUALES ASOCIADOS A TRAUMATISMOS CRANEO-ENCEFÁLICOS:
- Estrabismo o foria elevada: (sintomatología; posible visión doble, problemas de localización espacial, problemas de concentración)
- Dificultades en ver en profundidad (estereopsis o visión en 3D): Como resultado, dificultades en la conducción o realización de deportes.
- Pseudomiopia: Visión borrosa de lejos i/o cerca.
- Pérdidas de campo visual: Dificultades en la conducción.
- Dificultades en seguir un objeto en movimiento debido a problemas oculomotores, ocasionando dificultades en la lectura.
- Baja comprensión, memoria, problemas espaciales, problemas del procesamiento de la información visual.
- Posiciones anómalas de la posición de la cabeza i/o cuerpo, sensación de pérdida de equilibrio, mareos, nauseas, sensación de movimiento de los objetos, debido al desplazamiento de la línea media visual.
- Baja sensibilidad al contraste o excesiva sensibilidad a la luz (fotofobia).
TRATAMIENTO:
Este tipo de pacientes tendrán consecuencias de tipo motor, neuropsicológico, emocional, cognitivo, del lenguaje, vestibular, visual y propioceptivo entre otras.
Si nos centramos en la VISIÓN, es importante tener en cuenta todos los procesos implicados y realizar un programa de TERAPIA VISUAL para mejorar las condiciones alteradas debido a la lesión.