Cómo prevenir problemas visuales en la Infancia

El ser humano nace con una visión muy primitiva que va a ir desarrollándose a medida que el bebé va recibiendo estímulos del entorno que le rodea.

La agudeza visual en el nacimiento le permite reconocer la cara de la madre y a medida que se va a ir moviendo de forma más autónoma, la agudeza visual va a ir mejorando hasta los 3 años en que percibirá imágenes tan bien cómo un adulto.

El recién nacido tiene unos movimientos oculares muy descoordinados , dando la sensación en algunas ocasiones que desvía un ojo, pero hacia los 6 meses, se coordinaran perfectamente manteniendo una fijación estable con ambos ojos. Esto va a permitir que:

• Pueda fijar un juguete
• Experimente con las distancias tirando este juguete al suelo
• Se desplace arrastrándose por el suelo
• Necesite aprender a mover su cuerpo para alcanzar aquellos objetos que le motivan y no están a su alcance.

Por tanto, el desarrollo del movimiento no sólo es esencial para obtener unos buenos movimientos corporales coordinados. Éste va a ayudar a alcanzar la madurez del sistema nervioso central que será el responsable de interpretar y dar respuesta a toda la información que aportan los sentidos (visión, audición y tacto).

Existen alteraciones visuales, como puede ser un estrabismo u ojo gandul que estimulando la coordinación de ambas partes del cuerpo, nos ayudará a potenciar por igual las habilidades de ambos ojos y en consecuencia ayudará a mejorar dichas alteraciones.

Si ayudamos a que el bebé aprenda a través de sus experiencias conseguiremos que sea una persona mucho más segura ya que será el dueño de sus acciones, por ello es importante ofrecerle un entorno seguro pero que le permita manipular, trepar, tocar, chupar...

La acción hará que se desarrolle la visión, y la visión adulta dirigirá la acción.